martes, 8 de julio de 2014

Labios cremosos y sabor a halls (part 1)

Cuando tenía 12 años, hice un diario con el único afán de documentar mi vida amorosa porque siempre fui una niña muy precoz y no entendía, porque desde los 5 años me emocionaba jugar con mis pies y los de mi primer amor de primaria bajo la banca, ni por qué se me doblaban las rodillas al ver al primer amor adolescente, o me estremecía cada vez que mi hermana me engañaba diciéndome que el niño que me gustaba había hablado con ella para decirle que le gustaba mucho, después me decía: -jajaja, te engañé, no es cierto-.

La primera vez que me casé fue a los 4 años, con Iván. En realidad ni nos gustábamos, de hecho el quería secretamente con mi hermana y a mí me daba igual si nos ponían de novios palomos en el evento de cierre del kinder (haciendo alusión a la canción de Cri-cri), yo sólo quería que me vistieran con ese velo blanco que veía en los cuentos de hadas pero su mamá siempre nos tomaba fotos juntos, destacando el hecho que hacíamos una pareja bonita con nuestras ensortijadas cabelleras. A mí quien realmente me gustaba, era un niño de 1o. B que se paseaba en una patineta porque tenía polio y no podía caminar, me gustaban sus cejas y sus ojos y el hecho de que jamás se inmutara al verme pasar.

Que loco, ahora que lo escribo esa primera fijación amorosa, debió haber sido importante, porque me persiguió siempre el hecho de enamorarme de alguien a quien no le importara mucho... q triste, también... diablos,  por eso me gusta escribir, para entenderme a mí misma jajaja. Pero como les contaba, siempre estaba enamorada. Más tarde (sólo 1 año más) tuve un novio que iba en sexto de primaria, es decir, me llevaba 5 años y se llamaba Jose Antonio. Nunca nunca nos dimos un beso, ni estoy segura de haberle dado la mano pero sí recuerdo que un día me dio unos "regalillos" una libretita pequeñita, una paleta y 1 labial rosa pálido que era mágico. Mágico porque al ponértelo se convertía en rojo, y eso no era todo, no se quitaba!!!! Es probablemente el labial indeleble más resistente en la historia del lipstick!!! Toda la tarde me la pase tratándomelo de quitar, tenía terror a que me regañaran sólo tenía 6 años y no se borraba.

Y si escribiera de todos los niños que me gustaron en la vida nunca acabaría, mi mamá me decía "corazón de condominio" aunque obviamente sólo hay 1 tríada muy importante en mi vida como todo mundo, y una de esas fue cuando ya de 14 años, y a pesar de haber sido tan precoz, nunca había besado a nadie en la boca. Me daba kikos sí, hasta con extraños, pero eso de la lengua??? Entonces en un campamento, y después de disque haber ensayado con mi brazo y tonterías de ese tipo, uno de mis mejores amigos aprovechó el momento para decirme algo de las estrellas y meterme la lengua, en ese momento sólo pensé... me está besando??? ahhh ya sé voy a aprender para poder aplicarlo con mi novio (que ni era tan mi novio porque tenía otras 2 novias y me llevaba 6 o 7 años)-. Entonces metí mi lengua, pero me pareció de lo más asqueroso, era como una mezcla de enjuague bucal salivoso, me dio un asco horrible y no entendía como era algo que las personas disfrutaban hacer.

Llegado el momento, besuqueé al novio en cuestión y fue increíble!!! No lo podía creer, él no me metía la lengua como si quisiera limpiar mis cavidades bucales, hacía que todo mi cuerpo se pusiera a temblar y me doblara las rodillas. Pero nuestro noviazgo fue muy breve, tan breve que yo tenía que repetir las imágenes de él besándome mientras me cargaba subiendo el empedrado de la iglesia, y las veces que me escondía detrás del kiosko del parque para seguirme dando besos.

Entonces, en vísperas de entrar a la prepa vi a lo lejos un chavo en muletas y me pareció de lo más guapo. Jose Antonio. No podía creer lo guapo que era y que nunca hubiera tenido novia y que ninguna niña se le aventara. Era 2 años mayor que yo, y me sentía feliz de que al menos compartiríamos 1 año en la misma escuela. Mi método de ligue era siempre mirar a los ojos, y recuerdo las 3 primeras veces que nos cachábamos mirándonos dentro de la escuela, y yo sabía que estaba viendo los ojos más hermosos que hubiera visto jamás. 

No pasó mucho para que después recibiera cartas y rosas, y para que yo intentara encontrarme con él cuando salía al baño, al recreo o a rendir honores a la bandera. Entonces nos hicimos novios, y me parecía irreal. Tocaba el piano sublimemente, escuchaba la mejor música, olía rico y me quería como yo a él. Nos dábamos besos, y siempre tenían sabor a halls, me tomaba de la mano y nunca se nos acaba la plática. De pronto, todas las chicas querían con él y yo también empecé a tener propuestas indecorosas, éramos la pareja favorita de los maestros y aunque éramos muy diferentes (sus papás no estaban de acuerdo conmigo por mi estilo "tan liberado") coincidíamos en ideales de vida y del amor.

Todo en nuestra relación fue muy inocente, pero entonces llegó el momento de acercarnos más... y recuerdo como nos escondimos en unos árboles para besarnos y tocarnos, el se sentía siempre muy culpable y yo muy, pero muy confundida. Era como si nos entrara el chip religioso, y nos azotábamos juntos. De pronto, todo ese mundo maravilloso e irreal acabo por puro autosabotage, cuando me di unos besos con el que me doblaba las rodillas y obviamente mi novio amado me mandó a volar.




Esta historia continuó y continuará, pero ya me cansé... jejeje